
Ante la confirmación del fin de la historia como lúcidamente pronosticó Francis Fukuyama (que el 11 de setiembre, Afganistán, Irak, Corea del Norte, los cracks económicos, el Mundial ganado por España son sólo motas de polvo en la diafanidad del pensamiento único y liberal al que nos dirigimos inexorablemente), el nuevo siglo trajo entre sus hechos más destacados una nueva era dorada para los superhéroes en el cine. Hulk, Ironman, Neo, Spiderman, X-Men, Batman y muchos otros han sido indudables éxitos de taquilla y algunos de ellos incluso han llegado a ganarse elogios de los duros críticos acostumbrados (como nosotros, por supuesto) a no ahorrar en improperios para execrar películas basándose en su "comercialidad" (que para qué mirar siquiera el tráiler, que ya sabemos lo que nos espera). El boom ha llegado tan lejos que incluso comics como los de Watchmen han llegado a recibir ofrendas de pop corn en esos templos contemporáneos que son los multicines.