
LA DERECHA:
Una de las mayores ventajas que puede ofrecerte el hacerte “de derechas” es que el rango de opciones que te ofrece es bastante amplio, por lo que lo mismo puedes ser neonazi ansioso por gasear a alguna minoría; un cura de los de antes (de cuando los monaguillos no se quejaban de sus castos galanteos) o un numerario del Opus Dei con voto de castidad incluido; un yuppie en la crisis de metrosexualidad; un hijito de mamá o un frío economista. El único postulado con carácter vinculante se le exige cumplir a alguien “de derechas” es manifestarse -con el mayor énfasis posible- contra todo lo que suene a comunismo, socialismo, o izquierda a secas.
Entre las delicias culinario-sociológicas que este vasto redil te ofrece puedes optar por diversas y sugestivas posibilidades. Entre ellas tenemos:

Entre los más lúcidos representantes de esta corriente tenemos al ínclito Benito Mussolini o al “Caudillo” Francisco Franco en Europa o el preclaro marido de Evita hacia este lado del mar.
TRADICIONALISMO O ULTRA DERECHA, O EXTREMA DERECHA: Aunque para el catador político de olfato no entrenado, el tradicionalismo es sólo otro nombre del nacionalismo; debemos aclararles ¡oh, caros lectores! que esta vertiente es para la derecha lo que el caviar beluga para las hueveras de pescado. A pesar de sus pocos brillos actuales, la derecha ultra lleva la esencia más pura de lo que significa “ser de derechas”; es decir, es el nacionalismo más la ausencia completa de ese despropósito llamado corrección política. Dentro de este segmento, no sólo está permitido llamar negros a los negros y quejarse de que por culpa de esos indios (sudacas, rotos, puneños, subsaharianos, paraguayos, mojados, etc) de mierda se jodió el país; y, que un hijo, mejor muerto que maricón; sino que cualquier tipo de eufemismo es considerado propio de rojillos amanerados e incestuosos. Una de sus mayores bazas electorales es su creciente apoyo a la reimplantación de la prima nocta.
LIBERALISMO, NEOLIBERALISMO: Que no es lo mismo, pero es igual. Podemos llamarle también liberalismo neoclásico para ponernos un poco pedantes -que nunca está de más. La tesis central de esta facción es: El mercado, como el hombre, esta creado mediante un “diseño inteligente”, y como tal, se encuentra dotado de libre albedrío. El mercado tiende a autoregularse con el objetivo de lograr el beneficio tanto para los comerciantes como para los consumidores, y, por consiguiente, para la sociedad. Sin embargo, a pesar del marcado designio divino; el Estado -como entidad verdaderamente salida de los infiernos- busca mediante regulaciones demoníacas acabar con este delicado equilibrio, regulando precios, protegiendo a los trabajadores, velando por que se cumplan horarios máximos de trabajo y evitando el trabajo infantil; es decir: impidiendo que la sabia mano del mercado (y los mercaderes) vele por nosotros y nos haga progresar como lo merecemos.

DICTAMEN DE "PERIÓDICO DE A CHINA":
La derecha es -y siempre ha sido- aquella con la que escribimos, comemos y nos persignamos. Es por consiguiente, y por decisión divina, la opción correcta y la que nosotros firmemente recomendamos a nuestros lectores. No olviden jamás que con sólo mencionar ocasionalmente en un discurso frases como: “la familia es el núcleo de la sociedad”, “la patria es nuestra primera madre” o “dios nos ha elegido en su cruzada” pueden dedicarse a lo que les venga en gana en la política. Sin olvidar, por supuesto, el ataque ocasional a la orilla de enfrente, donde las cosas están aún peores, si es que ello es posible.
H. P.