Si usted se pregunta al leer nuestro encabezado: ¿de qué Mundial hablan? le pido amablemente que deje inmediatamente de leernos, pues en nuestro distinguido Periódico de a china lo que menos queremos es convertirnos en el blog de culto de aquel triste grupo de ignorantes funcionales que conforman literatos amigos de literatos que se reúnen en cafés literarios para hablar de literatura. Para decirlo más claro: Si eres Iván Thays: ¡Fuera!
Ahora, buen lector, que ya estamos en confianza -y tanto usted como nosotros sabemos de memoria hasta la alineación titular de Arabia Saudí en el Mundial del 94 -o la marca de camisetas que usó la Naranja Mecánica (Si piensa que hablo de la película de Kubrick:¡Fuera!) en la injusta final perdida de Argentina 78- y vibramos con el recuerdo del Maracanazo y las atajadas espectaculares de Roque Maspoli, o con los goles del renacido Paolo Rossi en España 82 (Los de Maradona en el 86, los dejamos como disfrute de la plebe)- debemos reconocer que es imposible esperar tranquilamente el resultado natural de los partidos sin coronar tentativamente a alguno de nuestros favoritos en las quinielas o escogerlos en el Winning Eleven para darle una buena tunda a los rivales menos favorecidos.
Con el fin de guiarlos con sabiduría y rectitud por el camino de la verdad, a partir de hoy iniciaremos nuestro ciclo deportivo “Vamos Perú” en el que realizaremos un análisis exhaustivo de los equipos con mayores posibilidades de coronarse en la tierra del apartheid y de Ubuntu (la mejor distribución de Linux, aclaro, ya que como futbolero tampoco está usted obligado a saberlo todo; labor a la que sí nos entregamos nosotros, sus humildes servidores, y, por supuesto, la Wikipedia).
Empezaremos, pues, con el favorito de la prensa especializada, de los críticos deportivos y del público en general. Es decir, con el equipo que, con toda seguridad, no va a campeonar y que, en el mejor de los casos llegará a unos sempiternos cuartos de final. Hablamos, por supuesto, de la vieja expoliadora de nuestro oro: España
España es un país que -fuera de actividades absurdas como el toreo o las películas de Almodóvar- sólo ha sabido destacar en su historia por su capacidad de actuar como el abusivo del colegio con los países más débiles (el Perú en lo del oro, Lichtenstein en continuas eliminatorias); pero como la capitana de porristas ante el primero que le plantara cara (Inglaterra y sus corsarios en lo del oro, Corea del Sur en los Mundiales). Su historia mundialista -considerando su afición, la importancia de su liga y su capacidad para hablar un idioma similar al de los peruanos- es, por decirlo sutilmente, tan patético que causa vergüenza ajena. Dirán los peninsulares que, con nuestra paupérrima historia futbolera, no somos nadie para hablar mal de ellos, pero ¡recuérdenlo! Nunca hemos pasado de ser una colonia de ultramar o una fuente de mano de obra barata ¡Hasta hemos elegido como presidente a Alan García! ¡Dos veces! Así que nuestra única obligación deportiva es con el hambre.
En cambio, la Madre Patria, que ha brindado a la Humanidad una infinidad de personajes capaces de cambiar el curso de la Historia, como Francisco Pizarro o Penélope Cruz, y ha sido cuna de futbolistas con botín de seda como Fernando Hierro o Julio Salinas, no sólo debe, sino que DEBE ganar la Copa del Mundo, y por goleadas consecutivas al menos. Pero al margen de los colectivos mencionados, cualquier persona con tres dedos de frente sabe que jamás lo harán. Una Eurocopa la gana hasta Grecia, pero ¿el Mundial? Esa Copa la perderán con su segunda "Armada Invencible" por la sencilla razón de que arrastran una multitud de taras sociogenéticas imposibles de desarraigar y lo sé porque esa es la única herencia que nos dejaron.
ESTRELLAS:
Iker Casillas: Un portero que cumple con las características del clásico arquero-jugador de las pichangas de barrio: Mediocre por alto, mediocre por bajo, pero con un garbo y donosura a la hora de sacar las pelotas del arco luego de haber regalado un gol ridículo, que lo harían un bolo fijo en casi cualquier alineación del mundo. Casi tan épico como Barthez o el viejo Balerio.
Andres Iniesta: Mediocampista y medio calvo desde los trece años; con evidentes síntomas de albinismo y oligofrenia; la capacidad de mando de una bailarina de ballet con el tutu zurcido por la abuela; y, un juego aéreo que ya quisiera para sí nuestro no menos mítico Waldir Saenz.
David Villa: Se equivoca si piensa que con ese nombre sólo podríamos estar hablando de un campesino, pues las minas en las que se crió este incisivo delantero centro se encontraban demasiado alejadas de cualquier terreno de cultivo. “El Guaje” estaba condenado, por cuna y apodo, a dedicar su vida al crimen o al fútbol y fueron sus nulas capacidades manuales las que lo decantaron hacia este último. ¿Es buen delantero? Lo es. ¿Es aguerrido? Lo es. Pero lo más importante es que no es ni brasileño ni rubio y eso, créanme, es lo que pesa para un delantero centro en las instancias finales de un Mundial. Su sequía goleadora está más cantada que la Macarena.
PRONÓSTICO:
Honduras, Chile y Suiza son los rivales de la roja en primera ronda. Los tres equipos en conjunto no merecen un párrafo completo, así que resumo diciendo que España goleará e ilusionará hasta la segunda ronda, donde quizás pasen por penales o por un gol de último minuto (a menos que le toque con Brasil, en cuyo caso aquí termina la historia del Dream Team). En cuartos de final perderán, en un reñido y ajustadísimo partido, así sea con Alemania o con Nueva Zelanda
JUSTIFICACIONES PARA LA DERROTA:
La presión de ser los favoritos; el top manta; los subsaharianos y sudacas; y, por supuesto, la burbuja inmobiliaria.
H. P.
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