lunes, 17 de octubre de 2016

Superhéroes: El niño interior me sabe a mIllones



Desde hace algunos años, los superhéroes son los reyes absolutos de la pantalla grande. Es más, el resto de películas son simples placebos para matar el tiempo hasta el siguiente gran estreno de Marvel (Diríamos DC también, pero aún a pesar de su agresivo intento de copar el mercado y calar en el imaginario colectivo con 85 películas anuales, hasta ahora, solo causa vergüenza ajena). Es que el superheroico es el género comercial perfecto pues tiene de todo para enganchar a públicos variopintos (algunos dirán estereotipos, pero, es de valientes aceptar que casi todos lo somos y que nuestra originalidad es una quimera). Como es un tema muy largo, lo desarrollaremos en varias etapas y cuando las ganas lo permitan. Esta vez hablaremos del publico que hace posible que Avengers sea más rentable que la venta de metanfetaminas (Con el perdón de Walter White).

- Los Niños: Tienen toda la parafernalia de colores y rayos y simplificación moral entre malos y buenos para no tener dudas respecto al personaje al que deben emular para moler a palos al enemigo imaginario (Y de paso la sociedad se ahorra un dineral en brainwashing al mostrarnos que el mundo ideal es el judeo cristiano americano y que vale todo para defendernos de quien vaya contra sus preceptos. Si Iron Man asesina un ejército de malos malotes y lo celebramos con chiflidos y aplausos a rabiar, vamos condicionando a los pequeños a que un ejército de ocupación o salvajes bombardeos con drones son bienvenidos siempre y cuando los usemos nosostros y no nuestros "enemigos". ¡Ya podemos decir, orgullosos, que el nivel de salvajismo potencial de nuestros infantes está a la altura del de los miembros del Estado Islámico!.

- Los adultos jóvenes y varones: Cuyo paradigma de cine clásico son las películas de Vin Diesel y no se pierden ningún estreno de acción, de esos que tienen muchos carritos y balaceras y algunas mujeres semi desnudas.Este grupo está en la gloria con estas películas en las que, como mínimo se destruyen un par de ciudades y hasta de mundos, igual que los niños, no quieren sutilezas: "Buenos nosotros, malos ellos" es la consigna y unas gotas de profundidad a lo Coelho, con frases del tipo: "La amistad es como polvo de estrellas, a veces no la vemos, pero es infinita", que le permiten pensar que son mejores veedores que los del primer grupo, porque comprenden el subtexto y nada como copiar una frase contundente para impresionar a alguna incauta.

- Las niñas fresa: Amantes de las comedias románticas de toda la vida, y que podrían, furibundas, arrastrar al personaje anterior a ver el último irritante bodrio del galán de moda, tienen una opción más al poder pasarse un par de horas embelesadas en la admiración de los abdominales de uno o varios superhombres esculpidos en piedra y envueltos en reveladoras lycras. Además, sin sentirse culpables porque, bueno, estarán semidesnudos pero son superhéroes así que no es pornografía, no?Por si fuera poco, el novio dificilmente podría ponerse celoso de su poco casta imaginación, pues, para él, es la novia cool, que comparte sus gustos por las aventuras de Thor, sin poder suponer que la aventura quisiera vivirla ella con el mitológico dios.

- Los Geeks: El público original, aquellos que saben han leído no solo el cómic, sino que conocen al dedillo los universos alternos e historias paralelas, pero que guardan en sus nerdies corazoncitos un lugar especial para la película, así esta tenga increíbles fallos de continuidad, personajes con biografías que no se corresponden al canon o actores que no le hacen justicia al sueño húmedo que tienen en sus mentes. En los últimos años, y eso tienen que agradecerlo a los hipsters y a The Big Bang Theory, han salido de la categoría "raritos" que compartían con los fanáticos del heavy metal ochentero y con los jugadores de Dota y han pasado a ser socialmente aceptados, con lo que se han convertido en un target apreciadísimo para las campañas de marketing pre y post fílmicas. Gracias a su ingreso al establishment, su número cada vez es mayor y, muchas veces, incluso se ha visto lo impensado; es decir, que alguno de ellos llegue al cine de la mano con una de las niñas fresa de las que hablamos anteriormente 

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