jueves, 26 de enero de 2012

Fuckowski: El supositorio no duele menos con un poco de humor

Si hay algo peor que la religión en sus más variados fanatismos, es, sin asomo de duda, la cultura de la motivación: La superación personal, los libros de autoayuda, los seminarios de reingeniería y centenares de actividades más cuyo objetivo evidentes es convencerte de que no es que el mundo este cubierto de mierda, sino que tu pésima actitud te impide darte cuenta de que en verdad es chocolate. y, por eso, en lugar de quejarte tanto, deberías coger una cuchara, disfrutar el manjar con que te embarran y dar las gracias.
En el libro "Fuckowski: Diario de un Ingeniero", uno de los pocos éxitos literarios originarios de la internet en español, Alfredo de Hoces narra la historia de un informático torturado por la agobiante sensación que te causa el tener la lucidez suficiente para comprender que la materia fecal no es el mejor complemento de las fresas, por mucho benchmarking, empowerment o calidad total.

Lo que nos dice esta pequeña novela (que en realidad no es tal, pues si sus capítulos fueran, apenas más cortos, podríamos hablar, más bien, de un conjunto de aforismos) es lo que cualquiera con dos dedos de frente ya sabe, aunque se niegue aceptarlo: El nacer en el seno de una familia acomodada -o verdaderamente rica-  es lo único que te garantiza un futuro brillante.