lunes, 13 de junio de 2011

Splice: La ingeniería genética nos volverá drag queens

Los experimentos genéticos en el siglo veinte -cuando aún eran parte de la ciencia ficción- se realizaban en las películas, con el fin de crear súper hombres, o súper especies afines a él, con el sano objetivo de conquistar al mundo o al Universo. El componente ético del asunto era tan irrelevante como el que podíamos encontrar en los viajes en el tiempo o en las películas de aventuras ambientadas en el Vietnam.

Sin embargo, con los años, el hombre fue creando una civilización más respetuosa con las formas (aunque en el fondo seguíamos despreciando al diferente con el mismo tesón que los antiguos sumerios), por lo que matar animales por placer (como los toros) o por alimentación sibarita (para preparar sopa de aleta de tiburón, por ejemplo) o dejar a los perros en la azotea y alimentarlos con las sobras de la casa,  se convirtieron en actividades condenables que podrían merecerte el ser desollado vivo en una plaza cualquiera, si tuvieras el infortunio de encontrarte con un grupo de activistas y cometieras la imprudencia de hacer público tu desacuerdo con sus ideas de altísima catadura moral.

viernes, 3 de junio de 2011

El Cuarto de los Marginados y el Periódico de a China se unen contra los falsos ídolos (y contra los verdaderos)

Hace mucho tiempo empecé a tener reparos frente al activismo humanitario, hacia la corrección política y hacia los movimientos sociales que propugnan la igualdad. Y no es porque el cinismo se haya apoderado de mis convicciones y considere que el deterioro del medio ambiente, el maltrato desmedido a los animales, el racismo o la miseria -entre muchos otros-  deban ignorarse y que deba mirar para otro lado mientras disfruto las mieles de mi egoísmo. 

Hablamos mucho de evolución pero parece que, por lo menos la mitad del mundo, se hubiera detenido en el tiempo. Es lamentable que mientras, luego de millonarias campañas publicitarias, un puñado de neo yuppies esperen ansiosos la llegada de la IPad 2 a las Apple Stores, para ser los primeros en disfrutar del nuevo capricho tecnológico mientras que, para un quinto de nuestra población, el tener un cuaderno y un lápiz son lujos tan asequibles como el agua Evian. Ni hablar del asco que me produce esa otra campaña que asegura "que todo peruano por el solo hecho de serlo, tiene derecho a comer rico" y, por tanto, se llevan al más famoso cocinero nacional, Gastón Acurio, a prepararle una pachamanca a los estadounidenses de Perú-Nebraska, mientras en el Ande, verdaderamente, peruano, miles se mueren de hambre y de frío.