jueves, 27 de mayo de 2010

El Mundial: Italia o el Abuelo añora la Gloria

Aunque ya les hemos adelantado -para que luego no existan sorpresas- que el campeón del Mundial será Messi. Nuestro deber periodístico nos obliga a realizar el análisis de algunos equipos más. Sabemos que no tiene ninguna utilidad, pero como eso de hacer las cosas sin ningún motivo práctico y con la plena consciencia de estar desperdiciando nuestro -y vuestro- tiempo lo tomamos como un apostolado, pues, allí vamos.
ArgentinaBrasil y España ya fueron estudiados con anticipación. Así que ahora hablaremos del resto de equipos que -se supone- deben ser animadores del evento más importante de la temporada (olvídense de nimiedades como la probable guerra de las dos Coreas).

ITALIA

Como no hablar del campeón defensor. Del equipo que practica el fútbol arte por excelencia. Se que debimos haberlo hecho antes, pero nunca es tarde para redimirnos de pecados antiguos (como si de pedófilos sacerdotes habláramos). Italia reúne, queridos lectores, todas las virtudes que desde niños nos enseñaron que debería inculcarnos el deporte para poder aplicarlas a nuestras vidas: esfuerzo por encima del talento. Orden por encima de la creatividad. Pragmatismo por encima de la fantasía.

El equipo italiano representa a la hormiguita de la fabula de la cigarra. Nos enseña que el trabajo duro suple -y con creces además- a cualquier don o habilidad innata que podamos tener. Italia es un adulto hecho y derecho, que no se va con juegos en la vida y se toma en serio lo que ha de tomarse en serio. Es lo que toda madre espera que seamos de grandes. Es lo que la sociedad nos exige que logremos en el plano laboral, sentimental, familiar. Que nos dejemos de niñerías, de amagues, de regateos, de intentos infructuosos de felicidad y vayamos de lleno a conservar el cero a cero espiritual. Pues la vida se gana por penales o -por lo menos- no se termina goleado y sí con una decente pensión de jubilación.

EQUIPO

Marcello Lippi ha decidido no correr riesgos innecesarios y ha dejado afuera a esa panda de hippies impresentables que en el momento menos pensado podían ponerse a hacer paredes, driblear rivales o incluso –¡horror de horrores!– goles. Afortunadamente Totti, Cassano, Del Piero, Amauri y Ballotelli están fuera de la convocatoria. Lo que nos permitirá disfrutar cómodamente de algunas cervezas y de una buena conversación frente al televisor, sin tener que preocuparnos por perdernos algún gol. Pues no los habrá. Ni a favor ni en contra.

ESTRELLAS

La doctrina católica nos enseña que uno de los peores defectos del ser humano es la soberbia. Debemos ser corderos para alcanzar el amor de Dios, recuérdenlo. Y en el rebaño del Señor la única estrella es Él. Es por eso que Italia -católica como ninguna- tiene un equipo homogéneo. Es decir, nadie es ni medianamente bueno, y como todos sobrepasan los cuarenta años, no existe la posibilidad de que haya algún jugador explote en el Mundial y se convierta en la revelación del torneo.

RIVALES

Paraguay: Es en Sudamérica lo que Italia para el mundo. Un equipo torpe, sin talento y muy disciplinado. No por nada lleva ya asistiendo a cuatro Mundiales consecutivos sin haber tenido nunca un buen jugador. En su contra debemos decir que, a diferencia de Italia, su incapacidad y sosería no es autoinflingida sino que es dada por falta de otras opciones, lo que la desvirtúa completamente. Si hay algo que destacar de Paraguay es que el jugador que iba llamado a ser estrella (no por bueno, sino por ser el único delantero) recibió un tiro en la cabeza hace unos meses. De más esta decir que se recupera satisfactoriamente. Pero no con la suficiente rapidez como para hacernos disfrutar de sus remates sin fuerza y cabezazos desviados.

Nueva Zelanda: ¿Queda cerca de Australia, no? ¿O esa era Samoa?

Eslovaquia: La parte prescindible de lo que alguna vez fue Checoslovaquia. La República Checa se quedó con el fútbol y con las mujeres bellas (prueba de ello lo bien cotizadas que se encuentran tanto en la industria del erotismo como en la de las relaciones amorosas de pago directo, como sabrá usted, culto lector). Es como si a Guatemala de quitaran el Guate o a Sudáfrica el Sud. Lo que queda es algo que nadie quisiera llevarse a su casa, a menos que le pagaran por ello.
Su estrella es ¿Nedved? ¿Baros? ¿Rosicky? No. Todos ellos son checos.

PRONÓSTICOS

A pesar de estar en un verdadero Grupo de la Muerte (porque, como a la muerte, nadie quisiera tener uno de los partidos de este grupo en frente) Italia  -con dos empates a cero contra Eslovaquia y Nueva Zelanda y una victoria por penal contra Paraguay- saldrá victoriosa y primera del Grupo, ya que todos los otros partidos terminarán empatados a cero.

Luego de la primera ronda, salvo que se encuentre por el camino con Alemania (cuya actitud de pujanza, desarrollo y orden para ser hombres de bien, son incluso, más meritorios) tiene el camino allanado hasta la final. Naturalmente la perderán. Y no porque tengan a Messi frente a ellos. Sino porque por muchos valores morales que nos enseñen, todos ellos ya están lo suficientemente grandecitos para dejarse de corretear tras una pelota y conseguirse un trabajo decente.


H. P.

sábado, 22 de mayo de 2010

Breve apunte sobre Sharbat Gula: La niña afgana

A los 12 años la mirada de Sharbat Gula –la famosa niña afgana fotografiada por Steve McCurry– tenía una persuasiva mezcla de inocencia, incertidumbre y miedo. En la primera foto su belleza preserva su singular misterio. El enigma es lo invisible imaginado. Su ferocidad de gata-niña, su indumentaria pobre, su cabello revuelto y sucio, sus hipnóticos ojos verdes son las puertas del hechizo. Hasta ellas llegamos para quedarnos mudos. No es posible saber lo que hay detrás. Excepto porque 17 años después nos encontramos del otro lado. Y es igual a no haber hallado nada.

Contemplar otra vez a Sharbat es entender que el tiempo no sólo deja incólume la pobreza (que extrañamente se vuelve más tangible en la segunda foto), sino que además a menudo arrebata la posibilidad del futuro, y con él, la de la esperanza. “Ya no espero nada”, parece decir Sharbat. “Mírate a ti mismo, ¿qué queda del que fuiste?”. Nada, Sharbat, nada… –balbuceamos nosotros con cara de espanto.

C. Q.

domingo, 16 de mayo de 2010

Bayly: La Reencarnación electoral de Ataucusi

Luego de la muerte de ese genial y eterno candidato a la presidencia del Perú llamado Ezequiel Ataucusi, líder espiritual de los Israelitas del Nuevo Pacto, y que dejó con los crespos hechos a sus seguidores con su no regreso desde la tumba (o de repente lo hizo en prudente secreto, pues ya saben el buen resultado que da esa técnica desde hace más de dos mil años), el Perú se quedó sin una verdadera posibilidad de tener como mandamás del país a alguien que representara dignamente la idiosincrasia de nuestro pueblo. Porque, aceptémoslo, ni Fujimori, ni Toledo ni Paniagua, con todo el patetismo conjunto que nos podían ofrecer tenían ese plus con el que nos deleitaba el insigne y celebérrimo Ataucusi, quién pasó de vendedor ambulante a tercera encarnación de la divinidad como quien se prepara un sánguche de huevo con mayonesa y palta (de Alan no hablo porque a ése, no lo merece ni el Tercer Círculo del Infierno, que es el de los glotones, excelentísimo lector).

Ezequiel hubiera sido probablemente el primer gobernante analfabeto de la historia latinoamericana (incluso antes que Evo  –que acaba de declarar a Bolivia como territorio libre de analfabetismo, ¿es la misma Bolivia que todos conocemos?– o que Toledo –que por mucho Harvard o Stanford, dudo que lograra aprobar el curso de comprensión lectora con el Coquito).

Por si fuera poco, en su larga y fructífera vida fue acusado de violación, tortura, terrorismo, incesto, extremismo religioso, narcotráfico o cualquier otra actividad que les parezca moral o penalmente censurable y nunca, óiganlo bien, nunca perdió un ápice de su encanto.

Hasta ahora no logro entender como no llegó a ganar las elecciones. Pero estoy seguro que si hubiera vivido unos añitos más, o por lo menos hubiera resucitado, definitivamente la historia hubiera sido diferente.

A lo que íbamos: Desde Ataucusi, no hay un candidato que merezca ser presidente, tanto como lo merece Jaime Bayly. Aquí van nuestras razones:

1. Apellidos de Raíces Europeas: Que no latinas, porque así hasta un Paredes Fuentes cumpliría el requisito. Puede parecer irrelevante el nombre con esto de la globalización, pero hay cosas -como la fe en dios- en que la razón palidece ante la fuerza de la tradición. Y está históricamente comprobado que un gobierno fuerte, con mayor capacidad de apertura de mercados y de creación de puestos de trabajo, está ligado a un presidente con apellido germano, nórdico o tan siquiera anglo. Los chilenos no estarían donde están si los gobernara un García Pérez cualquiera.

2. Su bisexualidad: Diversos estudios sociológicos a nivel mundial han llegado a una conclusón escalofriante: Los Homo Sapiens heterosexuales son una especie en extinción, tan o quizás más amenazada que el capuchino del Orinoco. Quizás el último bastión que le quede a esta vieja especie sea este tabloide cibernético desde el cual luchamos por mostrar a toda fémina interesada, las bondades de aquella ancestral práctica. Sin embargo, poco podemos hacer por controlar un proceso que no tiene marcha atrás.

En esta situación, la figura de Jaime Bayly surge, milagrosamente, como un nexo que permitiría una transición menos traumática, con salto evolutivo mediante, desde nuestra añeja heterosexualidad hacia el futuro homoerótico, ya representado en la actualidad por visionarios como los numerarios del Opus y por los hermanitos Suárez Vértiz.

3. Las varias candidatas para Primera Dama: Todas ellas rubias, pero rubias peruanas de buena familia, lo que garantizaría la continuidad del cebiche como plato bandera de nuestra gastronomía. Olvídense de belgas o argentinas que sólo vienen a quitarles un plato de comida a quienes en verdad conocen el Perú profundo que se muestra en toda su crudeza en el boulevard de Asia

4. Es amigo de Shakira.

5. Al momento de realizar la más crucial de las tareas presidenciales, como es la adecuación del aparato del Estado a los poderes económicos del momento, es probable que ante de hacerlo nos lo diga directamente -y con una sonrisa de medio lado- y también es probable que le aplaudamos la gracia a carcajadas

6. Tiene pasaporte estadounidense

7. El Perú le importa una mierda. Lo cual es de agradecer, considerando lo que suelen hacer con nuestra patria aquellos que la aman por sobre todo, como es el caso del pantagruélico García.

8. La movida cultural under -y la de Iván Thays también- desprecian sus libros. Sólo por eso ya tiene mi voto asegurado

9. Siempre cabe la posibilidad de que si ninguna de las rubias acepta ser primera dama, termine reconciliándose con Diego Bertie y formen la pareja más glamorosa desde Carla Bruni y Nicolás Sarkozy.


H. P.

domingo, 9 de mayo de 2010

El extraño caso de la señora Bustos: La Tigresa del Oriente

Cuando, por fin, un grupo de investigadores se reúna y escriba –en cuatro tomos bellamente ilustrados– la indispensable Historia Abreviada de la Estupidez, ya no podrá sorprendernos el significado fundamental que esta categoría (la estupidez) ostenta para explicar el sentido de nuestra época. ¿De qué otra forma podríamos entender a menesterosas estrellas del firmamento político como Silvio Berlusconi o George Bush, a simios esclarecidos del zoológico latinoamericano como Hugo Chávez o Alan García, o a consagrados santos de la memez como Benedicto XVI o el cardenal Cipriani? Pues de ninguna otra, creo yo. Sin embargo, muy probablemente sobrecogerá nuestros corazones recibir –por la compra de tan importante documento de la sandez humana– una grabación con los mejores éxitos de la inolvidable Judith Bustos, nombre original de la popular Tigresa del Oriente.

Y es que, ¿cómo podríamos estar preparados para mirar y escuchar cantar a este peluquera peruana? Quien haya tenido la experiencia de ver alguno de sus videos en Youtube me dará la razón. Es virtud de la atigrada cantante –pero no sólo de ella– zarandear nuestras creencias más arraigadas, echar abajo –como si fueran un frágil castillo de naipes– nuestros pronósticos y expectativas más oscuras e inconfesables. Éxitos como “Nuevo amanecer” o “En tus tierras bailaré” nos confirman con súbita violencia que el ser humano siempre puede llegar más lejos, que el verdadero límite es el cielo y que nuestro parentesco con los monos (o con los tigres) es un hecho inobjetable.

Muchos son los anatemas que recaen sobre nuestra felina compatriota. No es mi propósito negar ninguno. Tampoco me interesa hacer carga montón y repetir una vez más lo que tibiamente ya ha sido sugerido en otros sitios. Quiero, simplemente, señalar que el trabajo de la señora Bustos representa uno de los proyectos mediáticos más radicales de los que haya tenido noticia. Su mérito mayor consiste en hacer sin embozos lo que otros “artistas” realizan con mucho más presupuesto y disimulo. La cálida acogida alcanzada en programas nacionales e internacionales sólo ratifica que, al fin y al cabo, la Tigresa pertenece por derecho propio al bestiario de la televisión del Perú y América Latina (aunque España, por lo que parece, reclamará pronto la doble nacionalidad de la peruana).

¿Existe, acaso, alguna diferencia esencial entre Shakira, Ricky Martin, Juanes y la Tigresa? Yo francamente no veo ninguna. Es cierto que la Tigresa no tiene el cuerpo ni la fortuna de Shakira, pero cualquiera de los mencionados estarían dispuestos a hacer lo que sea por conservar su fama y engordar sus exorbitantes cuentas en el banco. ¿No da exactamente lo mismo bailar al compás de Lady Gaga que al ritmo de el Delfín?, ¿empañará nuestra diversión corear unos minutos los insólitos estribillos de la Tigresa?, ¿será exagerado decir que –a los ojos de Dios– Judith Bustos, Hannah Montana y Beyonce son una y la misma persona?

C. Q.

viernes, 7 de mayo de 2010

Politología para Dummies (Segunda Parte): Voltea pa' la Izquierda

En el capítulo anterior mostrábamos las bondades de hacerse partidario de la derecha política, pero como nuestra promesa es ofrecerles todo el conocimiento doctrinario necesario para hacerse un hueco en el difícil mundo de las luminarias intelectuales que forman nuestros cuadros políticos, ahora les ofrecemos el análisis de la temida Izquierda.

POSTULADOS TEÓRICOS

Infatigable lector, lamento informarle que si su intención al incursionar en el mundo de la política se debe en verdad a la búsqueda de la equidad social y a contribuir con la desaparición de las injusticias, y por ello, no ha tomado ya la decisión de optar por la mucho más confortable derecha, se encuentra absolutamente equivocado. Debemos dejar en claro que la igualdad es un concepto decimonónico que no tiene cabida en un mundo que siempre va para adelante, como el nuestro. O diga, con la mano en el pecho, si estaría dispuesto a cambiar su Ipod o su carro nuevo por la posibilidad de un mundo mejor. Pues tiene razón, usted es una sola persona, y su sacrificio no va a arreglar el mundo. Una vez que ha quedado claro que no somos parte del problema y que hasta nos da penita que haya tanto negrito muriéndose de hambre en el África subsahariana o en nuestros cercanísimos Andes, podemos volver a lo que realmente importa de la política: Asegurar nuestro porvenir, el de nuestra familia y el de nuestros seres más cercanos y para eso debemos comprender lo que es la Izquierda, esa a la que nuestra alma revolucionaria nos ha dirigido.

La izquierda, y que quede claro desde un principio, no tiene nada que ver con el comunismo a la vieja usanza, cuyos postulados políticos el lector conocerá bastante bien mediante el visionado de películas sobre la Guerra Fría o el Dolph Lundgren de Rocky III. Este antiguo, fallido y frankensteiniano experimento que intentó llevar a la práctica postulados tan insensatos como el acceso masivo a la educación básica y servicios de salud y jubilación públicos, además, claro, de sus intentos de acabar con el mundo libre por medio de las armas y de los boxeadores sin corazón, ya ha visto pasar a mejor vida sus días de gloria -como el mismo Dolph Lundgren y tantas otras luminarias ochenteras- y podemos considerarlo algo tan extinto como el Australopitecus Erectus.

A pesar de ello, existe aún una islucha post-bananera y macondiana dirigida por un cadáver que se niega a dejar su cuerpo que reivindica esos arcaicos postulados y en la que conviven -en un sutil cóctel cultural- jineteras, tiendas de ropa cara y souvernirs aún más caros, dólares negros y dólares mal habidos, burócratas en bacanales y extranjeros en bacanales, vendedores de lo que sea, y varios millones de despistados que piensan que cuando Fidel se muera estarán mejor. Que sea el único país del mundo que cumple con los dos criterios de desarrollo sostenible -como son un índice elevado de desarrollo humano y una huella ecológica sostenible- es totalmente irrelevante, así que no nos ocuparemos tampoco de ello. Olvídense de marxismos, leninismos o trostkismos.

La izquierda de verdad, la que puede llevarte a una alianza política que te permita, como mínimo, colocar a dos o tres parientes en puestos clave del aparato gubernamental, se ha vuelto afortunadamente algo más elegante y lleva pegado como un apellido la palabra democrática, por lo que los extremismos dictatoriales, tan propios de derechas, aquí no están bien vistos. Si te gustan las experiencias intensas, puedes, no obstante, defender posturas límite en materias muy propias de izquierdas, como son: el ecologismo, el pacifismo, el feminismo, los derechos de los gays o la antiglobalización. ¿Igualdad? Ya saben que el derecho de los homosexuales a casarse o el de las ballenas azules a un hábitat saludable son las cosas verdaderamente importantes. ¡No me hagan acusarlos de terroristas!

ECONOMÍA: El libre mercado es, esencialmente peligroso, porque permite el abuso indiscriminado de las empresas privadas sobre los trabajadores y consumidores. Es por eso que el izquierdista opta por un mercado regulado por el Estado, en el que la cuota de abuso -así como el superávit- se hallan mucho más distribuidos entre la empresa privada y diversos funcionarios públicos.

La ventaja de éste modelo es que para proteger al trabajador se le restringe la mayoría de derechos con el fin de permitir una mayor ganancia a las empresas -y por lo tanto al aparato burocrático- lo que incidirá, a la larga, en un beneficio para todos. Ya saben que primero hay que sembrar para luego cosechar: la riqueza de unos pocos ahora, es la equidad de mañana. En esto, el modelo chino es paradigmático.

SOCIEDAD: El izquierdista es, ante todo y en contraposición con el derechista, un libre pensador, es decir: Apoya la energía eólica y la corrección política. No sueñen con frases peyorativas a ningún colectivo minoritario (salvo que sean de derechas); ni insinúen que para ustedes eso de la homosexualidad tan natural como que no es; ni mucho menos afirmen que a ustedes los animales como lo que son, y que los derechos de un niño hambriento deben primar sobre el de cualquier bestia sin importar cuán en peligro de extinción se encuentre. Para ti, izquierdista de corazón y de razón, en esto de la sociedad todos somos iguales (salvo que seas heterosexual de derechas y, para más inri, adinerado). Que realmente lo pienses, es lo de menos. No olvides que siempre podrás abrir el Facebook de un avatar para descargar tus frustraciones.

Algunos -como Hildebrant- dan, incluso, un paso más y defienden con uñas y dientes el derecho de la industria cultural a seguir siendo tal, pues el derecho de autor es definitivamente superior al de las personas a acceder a la cultura. ¿Cultura para los pobres? ¿Sin pagar? ¿Qué es eso, por dios? ¡Qué idea tan imperialista!

Otro aspecto bastante llamativo del izquierdista, es que, a pesar de ser un cosmopolita, tiene un enorme aprecio por las costumbres autóctonas de los pueblos. Es por ello que cuando se encuentra haciendo turismo no cesa de lamentar y recriminar a los pobladores por no utilizar sus ropajes típicos más que para las representaciones que acaban de realizar. La congoja es mayor cuando insisten en utilizar energía eléctrica o agua potable (maldita modernidad, ¡adonde vamos a parar! ) o cuando le intentan explicar que las ropas de fabricación en masa son mucho más baratas, cómodas y requieren menos cuidados. Por si fuera poco, al despedirse, dicen: Bye, bye ¡en inglés, por dios! ¡Como si nuestro adalid de la justicia social no tuviera un doctorado en cuarenta y ocho idiomas nativos!

DICTAMEN DE “PERIÓDICO DE A CHINA”

Las diferencias entre la derecha y la izquierda, son casi siempre sólo un asunto de forma. Regímenes como el de Zapatero en España o el de Lula en Brasil o el de cualquiera en China o Vietnam demuestran que la empresa privada puede gozar de buenísima salud en las duras garras del socialismo.

Sin embargo, le encontramos ciertos defectos a esta doctrina que no queremos dejar pasar. Entre otros la actitud de esnobismo intelectual que debes mantener y que requerirá que aprendas el nombre de algunos libros y que ¡horror! escuches siquiera a Silvio Rodríguez. La derecha al menos te brinda la posibilidad de estar en el umbral de la debilidad mental y llegar a ser presidente, como Bush.

La izquierda sin cultura, te condena a ser un Chávez o, peor aún, un Evo Morales (aunque estos tipos, queda claro, que representan a cualquier cosa, menos a una izquierda relevante). Por otro lado, el verte obligado a no despotricar de la estupidez de los derechos animales o saberte impedido de poder expresar una opinión sincera sobre cualquier minoría - nos hace -una vez más- insistirle en que la opción más recomendable es la derecha. Al menos con cierta frecuencia al pan le llaman pan y pescado al pescado.

H. P.

sábado, 1 de mayo de 2010

La Tigresa y Wendy: Los Ángeles le cantan a la Tierra Prometida

El Perú, en cuestión de defectos en su población siempre está un paso adelante. Somos los más incultos, los más estúpidos, los más feos, los más cobardes, los más hipócritas, los más acomplejados y tantos más que nos hacen menos que a veces siento unas enormes ganas de quemar mi pasaporte y declararme refugiado del terremoto de Qinghai. Pero de pronto, demostrándome que hay un Dios, aparece ese ángel de leopardina ¿o atigrada? apariencia -que ya tantas alegrías le ha dado a mi orgullo patrio- para demostrarme que como mi tierra no hay dos. Entonces -con los ojos anegados por las lágrimas- me pongo la mano al pecho y grito a todo pulmón: ¡Tengo el orgullo de ser peruano y soy feliz! ¡Ríanse de los Tres Tenores o de los Fab Four! Lo único que me baja la euforia es que el Delfín, contrario a lo que parezca, no es Bambarén, sino un ecuatoriano. ¡Es que el norte también tiene lo suyo!

H.P.

Sobre el arte de amar con "Corazón Salvaje"

Las mujeres, por lo general, suelen reprochar mi falta de romanticismo. Reconocen, eso sí, que soy apuesto y no escatiman elogios a mi arrobadora inteligencia. Admiran mi buen gusto y apenas si pueden resistirse cuando, en perfecto alemán, les sugiero que el día es un resorte atrapado por cactáceas impredescibles. Pero les resulta completamente intolerable mi falta de sensibilidad –dicen ellas– para el amor y sus alrededores. Les indigna mi indolencia a la hora de canturrear las canciones de Gian Marco o Alex Ubago. Sostienen que soy apático y, en última instancia, un patán sin perspectiva. Y yo les doy la razón, confiando en que así las cosas volverán a ser razonablemente llevaderas. Pero después de acceder a sus requerimientos aducen que no tengo convicciones y que mi verdadero problema es mi falta de temperamento. ¿Qué hacer? Me digo que es cuestión de esperar, que todo cambiará algún día (no muy lejano, repito perturbado). Entonces enciendo la televisión y asimilo las lecciones de los grandes, de los auténticos maestros del romanticismo, de esos hombres y mujeres de carne y hueso que Televisa hace llegar a nuestros hogares con irreprochable puntualidad y profesionalismo.

Qué mejor razón para deleitar al lector de Periódico de a china con el capítulo final de Corazón Salvaje; novela que, sin duda, constituye una clase maestra del amor cortesano; una joya contemporánea de lo que, en el fondo, es el romance heterosexual en América Latina. Seguro estarán de acuerdo conmigo si digo que en los personajes y la historia de esta producción mexicana podemos sentirnos –digámoslo sin vergüenza– fielmente retratados, como si de un pulido espejo se tratara.

C. Q.